miércoles, 18 de marzo de 2009

Best seller

Doce brazos se abalanzan sobre mi cabeza
arrancando de mis memorias cualquier rastro de inconciencia,
empieza a pudrirse el miembro de la bestia
y el aviso que con clavos han pegado en mi espalda
anunciando la clausura de la cantina preferida del diablo
donde le gusta jugar billar y ganar en los dados.

Esta es la ultima función del primer libro hecho una historia de verdad.

La alternativa más fácil a la tortura que infame prolonga la culpa
es la terapia del psicoanalista caníbal
que devora tus pensamientos más grotescos y los desecha como heces de colores
que son dulces que cambian a los niños por monedas o sonrisas.

Mi religión permite el incesto los viernes por la tarde
y durante la procesión del silencio
nos prohíbe el consumo de la carne que humana
Lo único que encuentro para comer
son insectos que nacen en el centro del abismo que crece bajo mi piel
dentro de la peluca de un niño y en la dentadura de leche del anciano del bastón.

Un rayo parte mi cuerpo justo por la mitad.
No hay sangre derramada de mis restos,
de una mitad salen miniaturas de mi,
de la otra duendes, serpientes y lagartos con ropa francesa
esperanzas vueltas letras
que danzan saliendo de las cuencas vacías de mis ojos.

Este es el inicio de la historia vuelta libro.

Y la lapida dice...

Por que tu vientre por que en mi cabeza,
los pájaros y la decrepitud de mi edad.
El reloj en la alcoba cae pausado
y su arena ahoga las manecillas en la sombra del sol.

Una sirena ríe espantando a la multitud de curiosos
mientras me escondo ocultando lo mórbido de mi pensamiento,
sigo siendo victima del ultraje en la pecera
perpetuado por los sirvientes del rey neptuno
que me quieren decapitar por incendiar el mar.

Flotando las fresas ya son dulces anticuados
yo prefiero las drogas de invierno
o las rosas intravenales, energético-estimulantes
de venta en la neveria de don Alfonso.

Y el pan de nuestros ancestros
es la ruina en cada día.

Probé la sal blanca
extraída del arrecife que colgaba de mi techo,
sólo sabe a medicina rancia
y a aire del mar quebrantado.

Disipo las dudas, las solvento en aceite
las fumigo para aclararlas y que le quede claro a la gente
que si escribo de derecha a izquierda
no es por que esté volviéndome loco.

Que la muerte nos separe a ti y a mí
y a las sombras que nos siguen en las visitas al consultorio del cirujano mental.
Prometo al salir comprar un racimo de flores que tanto te gustan
para que adornen las 100 lapidas que merece tu cuerpo.

A la hora de la merienda

Perturbo la tranquilidad de los altares
en una iglesia desierta y silenciosa.
Antes de cada paso voy prendiendo una vela
clausurando una petición .

Los muros me hablan de la gente que invitan a subir y a encerrar en este castillo
de tela, de oro y de relleno animal.
El aire da un aroma tan dulce y sutil al pasar por las piernas
y se incrusta en la madera del ventanal.

Aun cuando espió por las mañanas
paseo por las calles de la intimidad
acompañado de las personalidades de más alcurnia en los barrios del smog.

Es caricaturesco el sentimiento de éxtasis prolongada,
cuando sé que las miradas no van hacia mí.
Sólo en la esfera de la antigua soy delatable y condenado.
Sólo después de unos días soy enjuiciado y castigado.
Y mi firma se grafitea en las paredes de este cuarto sin salida de aire.

Mis cuadros se queman solitarios dentro de mi cabeza,
grite, grite y grite y sólo perdí la mitad de mi licor.

Los sueños que revolotearon en mis cenizas

Duermo otra siesta precedida de falacias
y una reacción involuntaria al sueño comatoso infringido en mi funeral.
La catarsis de mis ideas y el colapso de mi voluntad
aumentaron los tabacos consumados
desfilando con su humo en mi habitación
van rodeando con soltura una respuesta que escondo en el cajón.

Fingía estar resignado
sólo para ser la luz del sol alrededor de esta población desolada
que mira las tragedias como si la ficción valiera más
que lo que ayer jamás aconteció.

Apresurada mi premonición
de la desorbitación de mis órganos
dentro de mí sufro un acomodo de sensaciones
provocada por la extenuante exposición al calor de mi sangre.

Precise apagar toda conexión con cualquier cuadrante cercano
no busco arrepentimiento, tal vez redención
o un nuevo capitulo en la caricatura que Dios me dibujo.

Correré en la arena lo más rápido que me permita la potencia de mi voz
y si llego a la orilla encontrare el eco de la imantación de las promesas sin cumplir
y más blasfemias de seis piernas sin alma ni corazón
una especie que aspira a morir sin dolor
y sin un nombre en mi imaginación.

Velero

Extraño el curso de la nave
en un océano de horas
desbordando en el mar de minutos.

Tienes que volver a rebobinar y jugar con la imaginación
si crees que aun hay aire en la tierra.
La sangre desorbita la noble lealtad que expresa el manto estelar
que gracia requiere demostrar
ante la algarabía de montar la obra.

Que gracioso el frió del cemento
y mi gesto indispuesto a la hora de reír.
Notable mi habilidad de actuar como victima
y sufrir por todos los libros aun no escritos
y las palabras escondidas bajo la alfombra.

Le tome la medida a la religión que profeso en honor al ave mas hermosa.
Su triste cantar y su danza de plumas
me llevan a pensar que yo solo no podría cruzar la frontera ni el mar.

Unos cuantos tesoros tendré que encontrarme
en la playa que se esconden tras montañas de extraño espesor
para sentir que soy de oro, de hielo y de aserrín.

Miles de recuerdos intento guardar
para olvidarme de todo un segundo.
Oigo pasar mis días
y me convierto en un espectador sordo de la vida
que deje escapar, del destino que pudo no ser
cuando el viento intempestuoso me arranco de los brazos de aquella ave
que decía llamarse madre.

martes, 17 de marzo de 2009

a manera de presentacion

las palabras utilizadas como balas que se disparan al aire, en un intento desesperado por entender la vida y sobrevivir a ella. si caminar es dificil, crear un camino lo es aun mas, sin olvidar que en cada respiro se muere un poco de nosotros. por eso es sagrada la escritura, por que lo unico que sacrificamos es la pasividad de nuestra conciencia y la poca creatividad que surge de ello, pero al final sirve como alimento para el alma, tamibien llamada ego. benditos los que entiendan a la escritura por que de ellos es el reino de lo cierto.